Continua danza de egos, muestras de brillante oro falso, atrofiada inteligencia que se pudre con lecturas baratas. Bolsillos repletos de corcholatas, sueños arrugados que se desechan como bolas de papel. Escaparate de vidas rotas, abdómenes perfectos y sapiosexualidad. Laberínticos pensamientos, enigmas irresolvibles, tartamudeos en varios idiomas. Decepción. Lo mejor es observar y no decir nada, los gritos ya no valen en este mundo de sordos.
Vida plástica, efimera y superflua…
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Así es, Christian. Gracias por visitarme.
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Siempre es un gusto leerte.
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Los 2 versos finales concluyen excelentemente este poema, son su esencia. Saludos, Édgardo…
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Así es, Alejandro. Un mundo de sordos… y ciegos.
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Muy buen retrato del momento actual Edgar, te quedó muy bien. ¡Saludos!
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Gracias, Ana. Eres muy amable con tus comentarios.
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