El cuarto del pánico

Un poco de «ultraviolencia» con guiños a un par de películas.

Tenebris Ficta

El efecto del somnífero pasó, una luz muy blanca salía del techo. Estaba en un extraño lugar, un lugar frío y ajeno. Intentó moverse, pero no le fue posible; estaba atada con cinturones de sujeción que la mantenían firmemente inmóvil en el sillón donde reposaba. Tampoco podía girar el cuello, una estructura metálica alrededor de su cabeza se lo impedía. Con la vista fija al frente, miraba hacia una pantalla de cine que abarcaba casi la totalidad de la pared.

Había algo más, algo incómodo y alarmante: un par de pequeñas pinzas provenientes del armazón que rodeaba su cráneo, abrían por completo sus párpados.

Ridículamente, en ese momento recordó una película en donde había visto que le hacían eso mismo al protagonista.

El pánico llegó. Llegó de manera arrolladora e imparable.

Algunas preguntas comenzaron a formarse en su mente, pero antes de que pudiera expresarlas, la habitación quedó a oscuras…

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2 comentarios en “El cuarto del pánico”

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